LECCIÓN 83
Hoy repasaremos estas ideas; Recordar siempre que mi función es perdonar por que, soy la luz del mundo. 1.- Mi única función es la que Dios me dio. No tengo otra función salvo la que Dios me dio. Este reconocimiento me libera de todo conflicto porque significa que no puedo tener metas conflictivas. Al tener un solo propósito, siempre estoy seguro de lo que debo hacer, de lo que debo decir y de lo que debo pensar. Toda duda no puede sino desaparecer cuando reconozco que mi única función es la que Dios me dio. 2.- Las aplicaciones más concretas de esta idea podrían hacerse con las siguientes variaciones: Mi percepción de esto no altera mi función. Esto no me confiere una función distinta de la que Dios me dio. No me valdré de esto para justificar una función que Dios me dio. 3.-Mi función y mi felicidad son una. Todas las cosas que proceden de Dios son una. Proceden de la Unicidad* y tienen que ser recibidas cual una sola. Desempeñar mi función es mi felicidad p