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Mostrando las entradas etiquetadas como Empezar las sesiones de práctica una lección por día siempre.

LECCION 108 Dar y recibir son en verdad lo mismo

EL CURSO TE ESCOJE A TI....  Dar y recibir son en verdad lo mismo La visión depende de la idea de hoy. La luz se encuentra en ella, pues reconcilia todos los aparentes opuestos. Y qué puede ser la luz sino la resolución, nacida de la paz, de fundir todos tus conflictos y pensamientos erróneos en un solo concepto que sea completamente cierto? Incluso éste desaparecerá, ya que el pensamiento que se encuentra tras el aparecerá para ocupar su lugar. Y ahora estás en paz para siempre, pues en ese punto el sueño le llega su fin. La verdadera luz que hace posible la verdadera visión no es la luz que  los ojos del cuerpo contemplan. Es un estado mental que se ha unificado en tal grado que la obscuridad no se puede percibir en absoluto. Y de esta manera, lo que es igual se ve como mismo, mientras que lo que es diferente ni se nota, pues no está ahí. Ésta es la luz en la que no se pueden ver opuestos, y la visión, al haber sanado, tiene el poder de sanar. Ésta es la luz que extiende tu paz inter

LECCION 49 La voz de Dios me habla durante todo el día

EL CURSO TE ESCOJE A TI....TU DECIDES CUANDO... "La voz de Dios me habla durante todo el día" Es muy posible escuchar la Voz de Dios durante todo el día sin que ello interrumpa para nada tus actividades normales. La parte de tu mente donde reside la verdad está en constante comunicación con Dios, tanto si eres consciente de ello como si no. Es la otra parte de tu mente la que opera en el mundo y la que obedece sus leyes. Ésa es la parte que está constantemente distraída, y que es desorganizada y sumamente insegura. La parte que está escuchando a la Voz de Dios es serena, está en continuo reposo y llena de absoluta seguridad. Es la única parte que realmente existe. La otra es una loca ilusión, frenética  y perturbada, aunque desprovista de toda realidad. Trata hoy de no prestarle odios. Trata de identificarte con la parte de tu mente donde la quietud y la paz reinan para siempre. Trata de oír la Voz de Dios llamándote amorosamente, recordándote que tu Creador no se a o